Así es cómo comienza el capítulo titulado “Admíralo”. La mujer total es un libro de auto-ayuda para mujeres casadas y desesperadas por hacer que su matrimonio sea perfecto. La autora promete que su marido adorará a la lectora en tan sólo unas semanas si sigue sus consejos.
En cierta ocasión, cuando estaba indagando los consejos que nunca pienso seguir, me reparé en un detalle que se había colado en la panorámica durante la lectura. Junto al libro un espejo de mesa yacía a la espera de ser usado y en él mis bragas aparecían reflejadas. El capítulo ya citado anteriormente, “Admíralo”, se mantenía estático a su lado. En ese momento, mi inmediata reacción fue bajarme las bragas en señal de burla y atrevimiento, sintiendo el mismo desahogo que una niña que saca la lengua.
Re-leer como mujer es al menos imaginar el lugar de la dama; imaginar cuando estamos leyendo el cuerpo de la mujer; leer teniendo en cuenta que su identidad está recordada en las historias del cuerpo. (Miller, 1987: 355).
Este fragmento pertenece a “Reading as a Woman” (leyendo como una mujer) de Nancy Miller y en él encontramos el sentido de esta obra.
Las 25 fotografías que conforman esta serie muestran el índice del libro, los títulos de los capítulos y la bibliografía final. Al colocar a su lado, en una segunda instancia, el sexo femenino se le aporta una segunda lectura. De repente “acéptalo” ya no significa que acepte a su marido, significa que se acepte a ella misma; Lo mismo ocurre con “admíralo”, “adáptate a él” o “sé agradecida”…
Con este manifiesto femenino y sexual se transforma un libro que desprende una bondad servicial sometida a la misoginia, la posibilidad de ser otra cosa. La posibilidad de ser un libro de auto-ayuda para ser la mujer total, que se mira hacia dentro y se entiende, se admira, se acepta toda entera.